La renovación de la CANACO Chihuahua ya empieza a calentar motores, y los aspirantes a suceder a Omar Armendáriz han salido a la luz. Por un lado, tenemos a Sahir Rentería, del ramo ferretero, quien al menos ha hecho el esfuerzo de hablar de democracia y consensos. Por otro lado, está Alejandro Lazzarotto, empresario de los eventos masivos y, al parecer, gran beneficiario de la Cámara… al menos en materia de facturación.
Rentería juega la carta de la prudencia, asegurando que esperará los tiempos y que la mejor opción sería un candidato de unidad ….Un discurso elegante, que suena bien, pero que habrá que ver si tiene eco entre los afiliados o solo es una estrategia para medirle el agua a los camotes.
Por otro lado, Lazzarotto y familia trae un equipaje pesado Y no nos referimos a la infraestructura de su salón de eventos, sino a los más de 8 millones de pesos que ha facturado a CANACO Chihuahua por sus servicios. A esto hay que sumarle sus jugosos contratos con el Gobierno del Estado y otras dependencias. Todo en regla, dirán algunos. Pero el detalle está en que, ahora que se ha afiliado a la Cámara, quiere dirigir la misma institución que lo ha llenado de contratos. ¿Conflicto de interés? Solo para quienes todavía creen en la inocencia en el mundo de la política empresarial.
Lo más curioso es que su candidatura parece una jugada pactada con el actual presidente, Omar Armendáriz. No vaya siendo que, en un acto de camaradería —o de simple reciprocidad por los negocios hechos—, le estén dejando la silla presidencial servida en bandeja de plata.
Ahora la pelota está en la cancha de los afiliados, quienes tendrán que decidir si quieren una CANACO que realmente vele por sus intereses o una que siga funcionando como una agencia de eventos VIP con presupuesto garantizado**. Seguiremos atentos, porque esta historia apenas comienza.